Os dejo una mesita que recuperé hace unos meses. Veréis el cambio...
Así era cuando me la encontré en la calle el invierno pasado...un espanto. La pobre había sido más que maltratada y es que no entiendo la manía esa que tienen algunas personas en poner pegatinas a los muebles...Por no decir de la suciedad que tenia encima...
Claro, ante este estado más que lamentable dudé si llevarme la mesita a casa. Pero entonces me di cuenta de que el mueble sí estaba en buen estado, no tenía rastros de humedad (en este tipo de muebles es lo más común) ni estaba rota. A pesar de los pesares, estaba en bastante buen estado
Asi que decidí darle una Segunda Oportunidad... Lo primero que hice , con la gran ayuda de mi madre. fue limpiar a fondo el mueble y quitarle las dichosas pegatinas. No tengo fotos de cómo quedó después del lavado, pero la verdad es que su estado mejoró de tal manera que ya no parecía el mismo mueble.
Entonces llegó el proceso de transformación. Fiel a mi idea de gastar lo mínimo, decidí pintarlo en un azul que andaba por casa...
Que resultó ser un azul precioso, con un brillo perfecto y muy a la moda. Como veis, forré con papel de florecitas la parte de arriba de la mesita y los cajones...
Aproveché los pomos originales. Una vez pintados de blanco (utilicé un spray para ello) me di cuenta que tenían forma similar a un lazo, por lo que opté por usarlos...
Y este es el resultado final ya en la habitación... Una mesita de noche perfecta, sobre todo para la habitación de una niña
Menudo cambio, ¿eh?
