Hoy os traigo la transformación que ha sufrido un mueble castellano que tengo en casa. En realidad tengo dos, este que hoy os traigo y uno un poco más grande al que "meteré mano" un día de estos.
La historia de este mueble es la siguiente : era de mi cuñada, la cual lo tenía en un piso sin hacerle caso. Recuerdo cuando lo ví y me enamoré de él, pues sus formas son bien bonitas. Cuando se vendió aquel piso, fue a parar a casa de mi suegra. Ahí fue donde lo trabajé por primera vez, lo único que le hice fue darle una capa de barniz y comprobar que el mueble estaba en perfecto estado (no tiene ni un arañazo, ni carcoma, ni roturas)
Mi suegra se mudó de casa y fue entonces cuando esta preciosidad vino a la mía. Lo he tenido siempre en la habitación, durante una época como soporte para la televisión. Ahora, como armario
¿Qué hacer con este mueble para darle una nueva cara? No se me ocurría nada y además, tenía miedo de hacer algo y meter la pata hasta el fondo. Hasta que un día, investigando por internet, surgieron varias opciones...y me decanté por...
Pintarlo en gris plata y blanco. He aquí el resultado....
Y por dentro (que se me olvidó hacerle fotos del antes)....
Recurrí al papel adhesivo, del cual me declaro adicta. Tengo muuuchos rollos de este papel en casa, asi que opté por gastar lo que tenía. Las baldas las forré con papel rojo (muy malo, por cierto) y para darle un poco más de vidilla, le puse unas flores del papel que forra las paredes. Respeté los listones y los dejé con la madera original. Me gusta dejar algo original en cada uno de los muebles.
El único cajón que lleva, también lo forré. Pero con un papel distinto...
Y la parte de arriba del mueble...
Con el mismo papel que el cajón. Resultado : un mueble nuevo con un gasto mínimo. Eso sí, he descubierto que es mejor pintar con spray que con pintura de bote...al menos en mi caso. Las terminaciones son más finas y uniformes.
¿Bonito resultado, no?
